Hace un par de meses Carmen Seisdedos (y Fernando Monar) desde la Asociación de Dirección Pública Profesional, me invitaron a escribir un artículo para Wolterskluver que hace muy poco salió publicado. Ahora lo comparto en el blog.
Resumen
Basada en la novela “ El Mundo de Ayer” de Stefan Zweig se reflexiona sobre las características del liderazgo público en un mundo cambiante como el actual y que tiene algunas características similares a las que vivió el autor en los años 30 del pasado siglo.

A propósito del reciente ciclo electoral en España, el profesor Rafael Jiménez Asensio se hacía eco[1] del gran cambio que en las altas esferas de la Administración Pública tendrá lugar en los próximos meses: la incorporación de altos cargos directivos y asimilados que sustituirán a aquellos que cesan. Y ello pese a que, como el mismo reconoce, esa voraz política colonizadora tropezó con el aparente valladar de una cada vez más desfigurada y empobrecida función pública profesional.
Con lo cual, y siendo realistas, miles o decenas de miles, de posiciones directivas se van a ver afectadas.
Puede ser un ejercicio interesante, y también aprovechando las palabras de Jiménez Asensio …los nuevos gobernantes comienzan, una vez más, con una página en blanco … y antes del inevitable encuadramiento en el nuevo marco político, tener en cuenta algunas aportaciones que provienen de fuentes externas a la política y a la Administración podrían mejorar la comprensión de los múltiples problemas que se han de gestionar.
Concretamente, nos referimos ala novela autográfica El Mundo de Ayer, del escritor austriaco Stefan Zweig, que ahora cobra nueva actualidad con el advenimiento de propuestas totalitarias en gran parte de Europa, muy similares a las que el autor vivió en los años 30 del pasado siglo.
Lo vamos a resumir en los puntos siguientes:
- El contexto.
«El Mundo de Ayer» (título original: «Die Welt von Gestern») es una autobiografía escrita por Stefan Zweig publicada póstumamente en 1942. En ella, el autor recuerda y reflexiona sobre su vida y las dramáticas transformaciones que ocurrieron en Europa durante su tiempo: la Europa de fines del siglo XIX y principios del XX, antes y durante la Primera Guerra Mundial y el período de entreguerras. Especialmente interesante son sus reflexiones sobre cómo los ideales de progreso y civilización pueden verse socavados en muy poco tiempo por circunstancias sobrevenidas, muy invisibles al inicio y que acaban en escenarios de horror, guerra y violencia que, pese a (claros) avisos incipientes, nadie tomó en serio.
- Zweig para directivos.
El Mundo de Ayer» puede ser, en la actualidad, interesante y relevante para el personal directivo de nuestra época. Aunque el libro se centra en las experiencias de Stefan Zweig en la Europa de principios del siglo XX, sus reflexiones sobre la sociedad, la cultura, la política y la naturaleza humana contienen lecciones valiosas que aún hoy pueden aplicarse en el mundo organizativo y del liderazgo. Por ejemplo:
- Perspectiva histórica: «El Mundo de Ayer» proporciona una perspectiva histórica única sobre cómo los eventos y las transformaciones sociales pueden afectar a la sociedad en general y a la vida individual. El personal directivo puede beneficiarse al comprender cómo los cambios históricos pueden impactar en la toma de decisiones y en la adaptación a situaciones cambiantes.
- Resiliencia en tiempos de crisis: Carles Ramió[2], muy oportunamente, distingue entre resiliencia activa y resiliencia reactiva, a propósito de las lecciones aprendidas en la pandemia COVID-19. Zweig se apunta a la resiliencia activa y describe cómo enfrentó y sobrellevó los desafíos personales y los eventos traumáticos de su época. Esto puede ofrecer al (nuevo) personal directivo insights sobre cómo desarrollar la resiliencia y la capacidad de liderar durante momentos de crisis y cambio.
- Comunicación y relaciones interpersonales: Zweig fue un gran conector e impulsor de relaciones. Podría considerársele como un verdadero HUB de conexión de talento en todas las ramas de conocimiento desde finales del siglo XIX hasta la Segunda Guerra mundial. Su dominio de los principales idiomas europeos sin duda le ayudó. Sus amistades y conexiones literarias/artísticas/sociales son ya una parte importante de su historia. Especialmente significativa fue la relación artística que mantuvo con el músico Johann Strauss, inicialmente afín al régimen Nazi y que, a la postre, su amistad con el escritor conllevó el alejamiento del músico con el nuevo régimen[3].
- Valor de la creatividad y la curiosidad: La apreciación de Zweig por la cultura, la literatura y la música resalta la importancia de fomentar un entorno organizativo que valore la creatividad y el pensamiento crítico. Uno de los rasgos más distintivos del autor austriaco, sin duda fue la curiosidad. Ella fue responsable de mantenerlo viajando de forma incesante desde su juventud por todos los países europeos y el continente americano. Los y las (nuevas) directivas deben incorporar aspectos creativos y de curiosidad en la cultura organizacional.
- Desafíos del liderazgo en un mundo cambiante: Es quizás su enseñanza más importante.
Es una obra que pese al tiempo transcurrido (80 años) es totalmente actual. Ya a principios del siglo XX la pérdida de estabilidad y la rápida transformación que Zweig vivió reflejan los desafíos actuales del liderazgo en un mundo globalizado y en constante evolución.
La adaptación a las nuevas circunstancias y la toma de decisiones informadas son temas que resuenan en la obra. Y, sobre todo, la importancia de considerar y discriminar en los pequeños detalles si estamos ante disrupciones que mejoran, o de cambios que pueden empeorarlo todo. El buen juicio del directivo se pone a prueba en ello[4].
- Conciencia social y ética: La reflexión de Zweig sobre el antisemitismo y la intolerancia puede servir como recordatorio de la importancia de la conciencia social y la ética en la toma de decisiones de los líderes. El personal directivo puede (y debe) aprender a considerar las implicaciones éticas de sus acciones y decisiones.
- La lectura como ventana al mundo: De lo que más orgulloso se sentía el autor era de su capacidad de lectura.
Tardó bastantes años en encontrar su destino profesional, la escritura. Y se cimentó en su constante afición a leer. Es una de las recomendaciones que nos ha dejado para la posteridad: el buen juicio se forma sí tenemos la capacidad de conectarnos con el pensamiento anterior.
En este caso y para acabar, las obras de Zweig, excepcionalmente editadas en Acantilado [5]pueden ser una ayuda para el adecuado razonamiento de los nuevos y nuevas directivas.
[1] EL BAILE DE LOS ALTOS CARGOS https://rafaeljimenezasensio.com/2023/07/16/el-baile-de-los-altos-cargos/
[2] Resiliencia y gestión pública https://www.administracionpublica.com/resiliencia-y-gestion-publica/
[3] La ascendencia judía de Zweig era incompatible con colaboración con cualquier autor alemán, aunque fuera uno de los más apreciados inicialmente por el régimen nazi, Johann Strauss.
[4] Zweig nos avisa, ya al final de sus días y con gran amargura, que pese a los reiterados avisos de un próximo caos -tal y como se vio después-, la sociedad y especialmente los directivos y políticos del momento no tuvieron la suficiente “inteligencia” para adivinar y parar lo que se avecinaba.