Afirma Marina Garcés, en su superventas Nueva Ilustración Radical (Nova Il·lustració Radical, en catalán), que como sociedad nos encontramos en lo que llama tiempo póstumo. Lo define así:
- Nuestro tiempo es aquel en que todo se acaba, incluso el tiempo mismo. No estamos en regresión. Estamos en proceso de agotamiento o de extinción. Quizá no llega a ser así como especie, pero si como civilización basada en el desarrollo, el progreso y la expansión
- Nuestro tiempo ya no es el de la posmodernidad sino el de la insostenibilidad. Ya no estamos en la condición posmoderna, que había dejado alegremente el futuro atrás, sino en otra experiencia del final, la conducción póstuma…
Y la pregunta, lógicamente, que viene después, en vez de preguntarnos hacia dónde, seria ¿hasta cuándo? Por ejemplo, en empleo, pensiones, pareja, clima, clase media, sociedades cohesionadas, etcétera.
Pero, lo que más me ha interesado del libro son los posibles efectos que está teniendo ya esta nueva percepción en la sociedad. Garcés afirma que cuidarnos es la nueva revolución.
Comparto a medias la afirmación. Creo que esta tendencia aun no es predominante, pero en determinados ámbitos sociales, organizativos, culturales, etc., se empieza a notar.
Pero, llevemos la reflexión al ámbito organizativo, concretamente, a la gestión en las organizaciones.
Veamos estas dos etapas en la evolución del management:
- El management clásico, en las organizaciones modernas, era producto de entornos productivos predecibles y estables en el que primaba la competitividad, que a su vez (este estilo) modelaba estructuras piramidales y jerarquizadas. Un ámbito perfecto para la gestión de personas en estilos industriales (ajuste, supervisión y control).
- El management posmoderno se sitúa y opera en entornos VUCA. Los tiempos posmodernos, siguiendo a Bauman, como tiempos líquidos, inciertos, inestables, en los que la reinvención permanente y la innovación radical (destrucción creativa) marca la organización. De aquí que la figura del nuevo manager posmoderno ya huya de las verdades absolutas de sus predecesores y se adentre en la duda (y en la reflexión), en la flexibilidad, en la participación, en la co-construcción inteligente con otros, en el acompañamiento, en el impulso (empoderamiento a otros, etc. Y, también, creo, es en este contexto donde mutan los departamentos de gestión de Recursos Humanos en departamentos de gestión de personas para mejorar y satisfacer la motivación, la adecuación, la conciliación, la retención del talento, el compromiso con la organización, etc. En este contexto ha sido fácil, en estos últimos años, encontrar figuras tan sugestivas como los Directores de Felicidad (Chief Happiness Officer, (CHO) en algunas grandes empresas.
Y retomando aquí la tesis de Marina Garcés, ¿cómo debería de ser el management en las organizaciones post posmodernas (póstumas). ¿Sería de aplicación la máxima de que la nueva gran revolución es cuidarnos, también en las organizaciones? Para los gerentes, ¿su nueva responsabilidad consistiría en establecer entornos en los que la premisa del cuidado (y el respeto radical) seria la variable principal? Quizás.
Releo cómo define Frederick Laloux, en los paradigmas de la evolución organizacional, la etapa última, la etapa TEAL (evolutiva) y creo que Marina Garcés, suscribiría afirmaciones como estas:
- El mundo como un lugar de desarrollo individual y colectivo: en las organizaciones Teal/Evolutivas, las personas aprenden a desprenderse de las ideas preconcebidas de lo que deben ser y aprenden a escucharse a ellas mismas para ir hacia donde la vida las llama.
- Amansar el ego: Aprendemos a mirarlo desde la distancia y a menudo nos damos cuenta de hasta que punto los miedos, las ambiciones y los deseos de nuestro ego han estado secretamente dirigiendo nuestras vidas. Podemos aprender a minimizar nuestra necesidad de controlar, de dar buena imagen, de encajar…eso provoca un cambio profundo que incrementa nuestra capacidad de confiar en los demás y de creer en la vida. .
- La rectitud interna como brújula: cuando estamos fusionados con nuestro ego, nuestro impulso nos lleva a tomar decisiones influenciadas por factores externos – lo que pensarán los demás, los resultados, etc.-, En la perspectiva Teal/Evolutiva, pasamos de los criterios externos a los internos en nuestra toma de decisiones. Ahora nos preocupa la rectitud interna: anhelar la plenitud.
(Imagen extraída del libro Reinventar las Organizaciones de F. Laloux)
De ello, podríamos deducir (y arriesgo mucho😉), que la función gerencial en estas organizaciones póstumas, (posteriores a las posmodernas) en la que la máxima corporativa muda a cuidarnos, modifica -de nuevo- el rol de directivos. Por decirlo con estas palabras serán tendencia : ¿organizaciones sin directivos? ¿sin autoridad, aunque esta sea light, como ahora? ¿organizaciones autoorganizadas? ¿lideres invisibles? ¿líderes catalizadores?…
Personalmente me siento cómodo con los gerentes posmodernos (de hecho dedicamos todo un capítulo a ellos en la nueva publicación Aprender en las Organizaciones de la Era Digital) (Ya disponible en Amazon), pero el libro de Marina Garcés, me plantea nuevos interrogantes.
Nota: en el próximo post anunciaré oficialmente nuestro nuevo libro, os haremos llegar un generoso avance, la fecha de su presentación y quien nos acompañará.
Esto de “lo póstumo”, como el “Fin de la historia” de Fukuyama, son frases que, por exageradas, rápido se agotan y quedan vacías de sentido. Ya lo de “posmodernas” me parecía rizar mucho el rizo. En cualquier caso, en los que estoy muy de acuerdo es en que la clave es cuidarse, y cuidarnos. Falta mucho de eso en nuestras organizaciones de hoy. Un saludo, Jesús.
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La semántica tiene ese peligro que seduce mas que explica;)…pero lo substantivo es lo que señalas, cuidarnos…
Un abrazo ( y gracias por comentar;)
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