Y no me estoy refiriendo a los aspectos informales que siempre han estado y son parte consustancial de estos procesos de aprendizaje y trabajo colaborativo. Me refiero, explícitamente, a trabajo colaborativo de primer nivel que en principio no había sido detectado como tal, y que bajo otras formas metodológicas contribuye a la organización de la misma manera que el más formal (al que se le etiqueta como tal).
A propósito de la entrada al programa Compartim de nuevos grupos de trabajo provenientes del entorno de la Administración de Justicia, y observando como se trabaja en estos colectivos, nos damos cuenta que el trabajo colaborativo puede adoptar muchas formas (y es quizás un poco pretencioso procedimentarlo todo). Como digo, desde hace tiempo, en jueces y magistrados, por ejemplo, tienen habilitados formalmente espacios de debate – lo que ellos llaman foros de intercambio-, en los que se debate se aprende y se fijan posiciones comunes sobre determinados aspectos de su ámbito profesional. Funcionan muy bien y cumplen su misión perfectamente. O sea, que el trabajo colaborativo puede darse y encontrarse bajo diferentes formas. Por eso, no me sorprende que cuando el Consejo General del Poder Judicial ha decidido instaurar para 2013 un grupo de trabajo para reflexionar y construir metodologías relacionadas con esto que mencionamos, lo ha resuelto con una fórmula organizativa muy sencilla y que está en su cultura organizativa: habilitando uno de estos espacios/seminarios de debate con que ya cuenta. Lo resuelve con cuatro reuniones presenciales, trabajo en línea y un seminario final de 2 días para dar a conocer los resultados. No tiene porqué ser más complicado. El día 1 de marzo se hace la primera reunión presencial en Barcelona en el CEJFE.
Por cierto y también relacionado con el estamento judicial, la Comunidad de Prácticas de Assessorament Tècnic Penal el pasado lunes recibió un premio por uno de los trabajos que han realizado en el programa Compartim. En esta narrativa digital explican todo el proceso.