No necesitamos formadores internos, necesitamos consultores internos.

CoPs Salut

La semana pasada, a propósito de la invitación al cierre de la Jornada de las comunidades de práctica  de l’Agencia de Salut Pública de Catalunya, y a la vista del éxito y la energía de los participantes, me hacía la pregunta siguiente: ¿era posible identificar y replicar los ingredientes específicos de esas comunidades a otro tipo de organizaciones? Manel Muntada, que también intervenía, sabiamente me comentaba algo obvio: cada organización ha de hacer su propio camino y nada es replicable. Estoy de acuerdo. Pese a todos los esfuerzos de varias investigaciones científicas sobre el programa Compartim -entre ellas dos tesis doctorales-, no hemos podido dar con recetas y con la fórmula exacta. Creo que cada organización   y cada proyecto de CoPs en la diferentes Administraciones Públicas que conozco, han optado por un camino singular. Y esa singularidad, ha sido el secreto de su sostenibilidad: copiar y adaptar al principio, para luego desarrollar itinerarios genuinos. Era lo que estábamos viendo con las comunidades que anima y dirige Dani Giménez.

En esta ocasión, presentaron los resultados a través de 11 narrativas digitales. Julio Zino y Elena Martín, del Departament de Justicia, habían trabajado con ellos para enseñarles esa técnica expositiva que también nos habían funcionado a nosotros en el programa Compartim.  Tras esta experiencia, las narrativas digitales se confirman como la herramienta más poderosa para la transferencia de conocimiento. Todo un éxito. Algunas de ellas memorables.

De todas maneras, lo que más me llamó la atención de la jornada fue el alto nivel técnico de las diferentes entregas de conocimiento. La actividad de los veterinarios tiene un componente técnico muy elevado, y se demuestra que a través de las comunidades de práctica puede obtenerse la actualización permanente que toda profesión técnica (o no) necesita.

Me imaginaba el trabajo en los diferentes grupos, en base a la negociación inicial de saberes individuales. Y que, tras las diferentes fases de aportaciones y síntesis superadoras, se llegaba al resultado final que veíamos. Era un proceso muy alejado de los postulados tradicionales de formación, pero, también, distante de las propuestas más recientes en base a formadores internos. Estamos ahora, con las CoPs, en un escenario más cercano al establecimiento de verdaderos consultores internos dentro de la organización. Profesionales acreditados que deben enfrentarse cada día a los retos de un trabajo muy exigente, que son capaces de establecer dinámicas de diálogo e interacción con los colegas para resolver problemas complejos y aplicarlos a la organización, representan lo más genuino de la consultoría colaborativa.

Pero como sabemos, todo esto no es gratis. En esta misma organización en la que estábamos, y en otras más cercanas, la sostenibilidad de este tipo de fórmulas pasa por la actualización estratégica de los departamentos de recursos humanos.  O lo que es lo mismo, pasar de la visión de control de las personas, hacia la visión de su desarrollo y la multiplicación, posterior, del talento consultor.  Y esta es una batalla, nos tememos, que no acaba nunca en nuestras estructuras tradicionales en la función  pública.

2 comentarios

  1. Muy buena reflexión, Jesús y grande el reto que planteas, ese cambio en el enfoque sobre las personas que debe llevarse a cabo.

    La jornada del Àrea de Salut Pública de Catalunya fue una oportunidad maravillosa para asistir a la manifestación de este sentido inprendedor que tiñe las mejores prácticas de innovación que se llevan a cabo en el seno del sector público. Comentábamos esa inercia tan común a buscar fórmulas, a replicar métodos y técnicas sin tener en cuenta los factores que determinan que [esos métodos y técnicas] se desarrollen en todo su potencial; un indicador más de esa tendencia a invisibilizar los factores «contextuales» que ponen en marcha esa mecánica tan orgánica que hace que las personas, los profesionales, pongan todo su empeño en conversar y colaborar en la recreación de su entorno para hacerlo mejor para ellos y para los que se hallan o se sienten afectados por él. Creo que ese es el factor principal por el que una práctica no se puede trasladar “piedra a piedra” de un colectivo a otro, es en este contexto inprendedor donde se formulan los retos y de donde emanan los métodos que los hacen posibles y esto ha de emerger en cada colectivo. Lo obvio sigue siendo lo más frágil 😉

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    • Hola Manel, sigo con la reflexión que iniciaste. El que no se pueda replicar «piedra a piedra» cada experiencia de éxito, añade una capa extra de dificultad, no lo podemos negar. Pero, también es verdad, que hay muchas personas en las organizaciones (también en las públicas) que encuentran una motivación especial a engancharse y ser parte de estos proyectos nuevos que que miran un poco más allá del día a día. Es una exigencia también, -como dices-, «orgánica», que no puede obviarse, ni por directivos ni por profesionales. Son retos que a un determinado porcentaje de personas les motiva. Desconocer esto es no saber «leer» la organización hoy.

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