El  K-Pop y  las  comunidades de práctica  de las que todo el mundo habla.

k-PoppHasta hace muy pocos días la gran mayoría de nosotros solo conocíamos de la música surcoreana el GANGNAM STYLE . Pensábamos que era un Hit  aislado pero, a partir de documental de Netflix, el K-Pot surcoreano, nos hemos dado cuenta de que es un fenómeno  emergente que está arrasando en el mercado musical. Sobre todo, en el anglosajón,  donde los últimos años están situando números 1 constantemente.  Así definen en Netflix de qué va esta tendencia musical: complejos vídeos musicales, fans acérrimos, coreografías geniales. así es el fenómeno musical global procedente de Corea del Sur y que trasciende sus fronteras situándose en primera línea de los mercados musicales en todo el mundo.

Pero, lo que más me ha llamado la atención, a mí que no soy un experto en música, es el mestizaje de estilos que en propuestas musicales de 3 minutos -por no  llamarlo canciones-, pueden hacer. Pop, rock, funky, electrónica, etcétera, que en cadencias de 20 segundos se van sucediendo. El resultado final no deja de ser algo muy fresco y digerible para un  amplio consumo.

Valga esta anécdota para comentar las sensaciones personales que me han producido las 3 jornadas sobre CoPs de esta semana en Barcelona ( VII Jornada CoPs Salut, Reunió d’estiu  d’e-moderadors i agents de coneixement del programa Compartim ( por cierto dinamizada por Manel Heredero) i reunió de  professionals de Gestió del Coneixement (promovidas y coordinadas por Joaquin Gairin y Joaquím Carbonell)

Hace poco más de un año ya titulé una de las entradas del blog  Comunidades de práctica sí, y  lo siguiente también. Daba a entender que nos encontrábamos ya  en un momento post comunidades de práctica. En algunas organizaciones ahora se están incorporando, pero en otras, después de más de una década en funcionamiento, se atisban propuestas de evolución. No desarrollare ahora esta  tesis en profundidad, pero sí que haré  mención a una observación de un consultor que me ha sugerido la relación  con el   K-pop  surcoreano.

Comunidades de Práctica de autor

La semana pasada Carlos Merino, uno de los primeros consultores con los que trabajamos en el programa Compartim (2005- 2006)  nos sorprendía  con un comentario en LinkedIn,   a propósito de la entrada  “la via Dani Giménez  a las CoPs , (que era la continuación a otra que había hecho un año antes también titulada  “la Vía Latorre”). El comentario en cuestión aludía al fenómeno de plasticidad de las CoPs, las cuales se acomodaban a los contextos propios donde nacían, y que las hacia subsidiarias de variables situacionales. Con el nombre   comunidades de práctica de autor , Merino resumía toda esa idea.  Creo,  a diferencia de Carlos, que más que  la impronta personal ( los implicados) prima, también, la  impronta organizacional. Los contenidos, por decirlo de esta manera, se adaptan al continente y producen aquello que es  posible en la organización. Al final, lo que llamamos CoPs,  van a tener unos pocos rasgos comunes (la compartición, la asociación, la práctica laboral, y como muy bien dice Manel Muntada, la apropiación y la autonomía. Y se acaba la lista.

Lo interpretó como una práctica (cuasi) de  supervivencia. En un medio, el Público,  no propicio (de gran tradición vertical y jerárquica) establecer este tipo de estrategias horizontales y en algunos casos botton-Up,   comporta  erosión de la idea/propósito inicial. El producto resultante es aquello que puede sostenerse y sobrevivir. Por eso, en algunas organizaciones pueden encontrarse agrupaciones, por decirlo con estas palabras, más puras y, en otras,  más híbridas. Pero, al final, esta evolución es un signo de estos tiempos acelerados y más inciertos. Puro mestizaje. Puro  K-Pop. ¿Bailamos?

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