El trabajo colaborativo en Rumania y Turquia.

No os asustéis, por favor,  no he hecho una investigación exhaustiva sobre el tema en ninguno de estos dos países. Lo que traigo aquí son, más bien,  algunas percepciones estivales -en clave vacacional- de la  visita a  estos dos países (hace ya ocho  años, cuando en otra ocasión visité Estambul, lo conecte con otra preocupación de aquella época (estaba acabando un curso de técnicas de Influencia que debía presentar  un mes más tarde (os dejo las materiales pro si hay alguien interesado: Manual, PPT, relato de influencia real donde se reconocen  mas de 12 técnicas aplicadas). (Por cierto el próximo post  lo dedicaré a la importancia de desaprender y volveré a dejar otros tres cursos más que he decidido no volver a repetir)

A lo que iba, en esta ocasión me ha llamado poderosamente la atención -tanto en un país como en el otro-  (y son de raíz cultural muy diferentes ) el poder  de la colaboración en la vida real de las personas. En contraste con nuestra realidad más occidental -y globalizada-  (llamémosle  así), en estos países  salta a la vista y está en la calle,  los procesos de colaboración y ayuda mutua que se establecen entre iguales y, lo que es aun más inaudito, entre los que aquí teóricamente consideraríamos   rivales,  algunos ejemplos:

– comerciantes que venden  productos que no dudan en recomendar negocios similares  y vecinos  que complementan  lo que ofrecen.

– comerciantes  que siempre tienen la talla o el color que necesitas aunque sea a costa de ofrecer los  de la tienda de  al lado (aunque no sea suya).

– profesionales del transporte que te asesoran y te ofrecen servicios alternativos (de sus teóricamente competidores) si aprecian que ofrecen un servicio más ajustado al que pide el cliente.

– ayuda mutua y constante del grupo entre profesionales.

Etc.

La duda que tengo,  es si la desaparición de este ámbito natural de colaboración será el precio  han de pagar estos países para asimilarse plenamente a Occidente (para luego,  algunos como nosotros,  volver a redescubrir y reivindicar el trabajo colaborativo).

Otra:

¿Es éste el sentido mas profundo y verdadero del trabajo colaborativo?

Y, finalmente una palabra sobre la tecnología: vi muchos  móviles que  han  venido  ha reforzar este proceso. Se han convertido en   una extensión amable y natural de la comunicación inicial en la calle.

En fin, si nos perdemos,  ya sabemos donde están las fuentes de la colaboración,  ¿o no?.

Nota: por una vez voy a recomendar un libro relacionado con el post. Se trata de la obra El desajuste  del mundo de Amin  Maalouf que nos ayuda a entender muy bien la dialéctica occidente/mundo árabe.

4 comentarios

  1. Con esto del trabajo colaborativo estamos re-descubriendo algo que en las sociedades menos «desarrolladas» se practicaba y se practica de forma natural.

    En euskera hay una palabra para designar el trabajo colaborativo en el ámbito rural: «auzolana». Y en Alava aun hoy se mantiene, en muchos pueblos, la costumbre de hacer trabajo comunal un día al año. Le llaman «vereda».

    Tomo nota de la recomendación bibliográfica. Eskerrik asko.

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  2. Tienes razon Iñaqui. Parece paradogico que tengamos que alejarnos de nuestro contexto cultural pra descubrir lo que ha sido natural desde siglos en la sociedad.
    Aun mas paradogico, por cuanto que la tecnologia tien un gran potencial de ayuda.
    En libro, de lo mejor que he ledio en los últimos años. Un placer.

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  3. Sé que con lo que voy a decir me ganaré probablemente ser etiquetada de «ingenua» por los siglos de los siglos ;-)… pero en sus inicios yo vi el fenómeno de las galerías comerciales modernas, (donde los comercios que se hacen la competencia entre sí, comparten espacios comunes) como un retorno, con mirada renovada, al comercio (más que al trabajo) colaborativo que se da todavía en otros países y que era muy común en este hace unos años.

    Saber que juntos se tiene más fuerza, me pareció un primer paso para acabar recomendando la tienda del vecino.

    Me equivoqué, pero sigo pensando que no era mala idea, porque cuando se retoman antiguas costumbres siempre se hace con comportamientos nuevos y esa hubiese sido una buena alternativa.

    He leído a Maalouf, pero desconocía este libro. ¡Apunto la recomendación! Gracias por ella y por el post.

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  4. Hola, Franceca, precisamente te cito en el nuevo post. Yo he descubierto a Maalouf a través de este libro. Ahora me he puesto con el resto. Por cierto, el autor esta de moda ahora por el premio, y en todas las librerias encuentras sus títulos.
    En lo que hablas del comercio, vete a saber si al final la supervivencia estará en fórmulas más colaborativas: yo gano si tu ganas…
    Nos vemos pronto.

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