
Pues depende.Este fue uno de los temas de los que estuvimos hablando el pasado 23 de febrero en Murcia con Paco Martínez (en un curso formativo a cargo de Joaquin Gairim y Antonio Bartolomé y yo mismo – (en compañía de catedráticos anduve y aprendí)- y que me ha hecho pensar bastante. El modelo de CoPs – ya implantado en Murcia-, con tres comunidades creando y compartiendo conocimiento es, en parte, diferente al Compartim. Uno de los puntos en los que difiere se refiere al incentivo económico de los e-moderadores (coordinadores). No es un tema menor. Hay una postura (muy purista, diría yo) que afirma que las CoPs deben preservar su independencia original y han de funcionar en base al entusiasmo de sus participantes (esta postura la encontramos muy bien defendida – y explicada- por Sandra Sanz en su reciente tesis doctoral Comunidades de práctica: Fundamentos, caracterización y comportamiento (a punto de ser publicada); otras en cambio, van mas a lo practico, defienden que lo primero es la mejora de la organización (y de las personas) y que eso justifica ciertos niveles de inversión (Carlos Merino, lo tiene muy claro y me lo ha trasmitido así siempre). Pues bien, en estos años de desarrollo de CoPs he visto, es verdad, lo que pudiéramos llamar CoPs silvestres, que han funcionado bien. Con un único problema, que acabado el entusiasmo inicial (yo creo que tienen gasolina para funcionar entre tres meses y un año) se disuelven. Frente a eso, ¿que hemos de hacer?, ¿dejarlas a la espontaneidad de sus miembros? No creo que debamos hacerlo. Es lo mismo que si dejáramos la formación a la libre interpretación y voluntad de los empleados, no interviniendo de ningún modo. Dicho esto, aquí es donde empezamos a hablar de costos de verdad.
Las CoPs son baratas si, por un lado, la arquitectura de planificación, organización y desarrollo lo asumen departamentos ya configurados, que integran este trabajo logístico y de apoyo (costes de personal) dentro de las actividades que ya hacen (el modelo de Murcia y el del Compartim, por ejemplo; y por otro, se aplica de forma eficiente el producto de conocimiento elaborado. Si a esto, le sumas que el grupo de entusiastas, en el proceso de trabajo, ha vinculado a la comunidad más amplia (todo el colectivo laboral de referencia), entonces tendrá más valor añadido en términos de inversión en formación directa (te ahorras cursos -estratégicamente importantes- para todo el colectivo laboral). Y todo esto, sin hablar del proceso de aprendizaje informal que se pone en marcha (lo dejo para otro post).
Pues bien, este planteamiento anterior lo pude ver aplicado, con mucho sentido común en la región de Murcia a través de su Escuela de Administración Pública. La diferencia con el programa Compartim radica en el incentivo económico a los e-moderadores. Pero como yo digo, siempre que explico el programa, cada organización ha de saber buscar su propio camino. Paco Martínez y Murcia están en ello.( Y quizás se no han adelantado en esta época de crisis) De todas maneras, el propio Wenger lo puntualiza en una entrevista reciente: algo habrá que pagar a aquellos que asumen el trabajo extra: convocar reuniones, codificar el conocimiento, repositarlo, etc. Debajo os dejo un gráfico de Crhistian de Neef que compara costos entre el e-learning y las CoPs.