Tecnologías exponenciales y su impacto en la educación y aprendizaje.

Con este título, para el próximo día 29 de noviembre, hemos programado la XII Jornada Compartim. He hecho dos entradas en el Blog Gestió del Coneixement del Departament de Justicia para explicar de que hablaremos.

Esta de abajo es la primera:

En la nueva sociedad: de la economía de la felicidad al aprendizaje salvaje (I)

El próximo día 29 de noviembre celebraremos la XII Jornada Compartim, dedicada a las tecnologías exponenciales y su impacto social. Haremos especial referencia al ámbito de la formación y el aprendizaje.

Para ello, contaremos con tres grandes aportaciones a cargo de: Xavier Farràs, que acaba de publicar Economía de la felicidad; Xavier Mas (también autor reciente de la obra emblemática sobre aprendizaje digital, El Tejido de Weiser), y Pablo Lara, coolhunter -caçador de tendencias- de la UOC.

Mediante dos entradas en el blog presentaré  algunos de los puntos que tocarán los ponentes para poder disponer de información previa que haga posible flipear parte de la sesión (introducir más debate que exposición).

A continuación expongo algunas ideas que he extraído del interesante Economía de la felicidad, de Xavier Farràs.

Economía de la felicidad

Aunque el autor sólo se extendiera un poco más en esta frase: «… no nos engañemos, la crisis actual -o las crisis actuales- no deja de ser un problema de gestión, no de recursos…», ya valdría la pena tener en cuenta su punto de vista.

Los autores ( escribe la obra conjuntamente con  J.M. Coll) , con esta afirmación, nos sitúan en un estado de ansiedad: … si todos nuestros problemas -como sociedad, a nivel planetario-, pudieran resolverse gestionando de otra manera, no estaríamos muy lejos de vivir como soñamos: en una sociedad más igualitaria, donde los beneficios inmensos de las grandes corporaciones estuvieran repartidos de otro modo, donde no tuviéramos que sufrir por la desaparición del trabajo, por el hundimiento de las clases medias, por la desigualdad creciente, por el cambio climático, etc.

Pues bien, leyendo este libro tan optimista, no se ve muy lejano este horizonte de cambio.

Los autores afirman que tenemos todos los elementos necesarios para hacer sostenible el planeta y proporcionar confort a sus más de siete mil millones de habitantes. Tal como afirman algunos expertos como Harari y Peter Diamantis, aunque nos cueste reconocerlo, nunca habíamos estado tan bien a nivel global. Pero el foco mediático (pesimista) del cual nos alimentamos y la huella evolutiva humana que nos hace vivir en alerta, a la defensiva, ante peligros reales o imaginarios, nos distorsiona esta percepción.

Por primera vez en la historia de la humanidad, nos situamos en la gran disyuntiva: tener que elegir entre un mundo de abundancia, que ya es posible gracias a la tecnología, o continuar en esta nueva escalada pseudofeudal de todo para el ganador: gran desigualdad, pobreza y precariedad en un mundo gobernado por el poder desmedido del ultracapitalismo tecnológico.

Economía de la felicidad nos habla de todo esto y más. Se estructura en tres partes. En la primera, «El mundo postcapitalista», nos presenta un retrato muy preciso de la sociedad actual. Parte de la gran novedad de nuestro tiempo: las tecnologías de crecimiento exponencial (que ya son todas): la sensorización total (el internet de las cosas), la robótica, la biología sintética, la inteligencia artificial o los nuevos materiales.

En la segunda parte nos presenta el mundo soñado: el mundo donde queremos vivir y que la tecnología hace posible. Pero, para ello, hay que evolucionar del postcapitalismo actual, que ya no nos sirve, a un nuevo sistema social. Los autores introducen, como novedad en el análisis, el factor felicidad, hasta ahora olvidado en una ciencia que se postula como social. La introducción de la felicidad como parte esencial del proceso económico es clave para construir una economía al servicio del ser humano. Y aquí está la clave del nuevo paradigma. En una sociedad en la que en pocos años no habrá empleo tal como la conocemos, tendremos que regirnos por otros parámetros y trascender de un sistema organizado en torno del trabajo a un sistema organizado en torno a la felicidad.

¿Cómo lo haremos? En la tercera parte del libro explica. La tecnología, creadora de riqueza, es la base. El foco ya no se encuentra en la herencia industrial de producir para consumir, sino de crear para ser felices. La renta básica universal (ahora la presentan  los autores , modificada y actualizada como Renta Básica Digna), que ya hace años está llamando a la puerta, lo hace posible. ¿Y a partir de aquí? Aquello que  propio de los humanos aparecerá como natural: un mundo para la creatividad, la pasión, la personalidad, la solidaridad y el espíritu colaborativo. Todos somos líderes y entre todos podemos crear las condiciones para que este nuevo paradigma sea una realidad. O sea, gestionar de otra manera.

Y aquí entramos de lleno en las preguntas sobre la travesía -y los patrones y guías- que deben señalar la ruta y conducir a ellos. O sea, un buen debate para el 29 de noviembre.

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